Eres alta y delgada como tu madre,
morena, salada, como tu madre;
bendita sea la rama que al tronco sale,
morena, salada, que al tronco sale.
Eres como la rosa de Alejandría,
morena, salada, de Alejandría:
colorada de noche, blanca de día,
morena, salada, blanca de día.
Toda la noche estoy, niña, pensando en ti;
morena, salada, pensando en ti;
yo de amores me muero desde que te vi,
morena, salada, desde que te vi.
E mudaban o ritmo acelerando:
Desde que te vi con la pata de palo,
dije para mí malo, malo, malo, malo;
desde que te vi con la pata de madera,
dije para mí fuera, fuera, fuera, fuera.
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